
Es el vínculo necesario para atribuir un resultado a la acción u omisión de una persona.
Para poder atribuirle un resultado a una persona como producto de su acción, es necesario determinar si aquel aparece ligado a esta por una relación de casualidad, de tal manera que se pueda predicar la existencia de un vínculo de causa a efecto entre uno y otra [1].
Ahora bien, pese a las discusiones que la causalidad ha generado en la ciencia contemporánea, esta exigencia sigue siendo trascendental en el estado actual del conocimiento humano. Se ha apoyado en diversas teorías [2].
Teoría de la Equivalencia de las Condiciones
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Artículo Principal: Equivalencia de las Condiciones
Autor: Von Buri
Sostiene un concepto de causalidad en sentido puramente natural. En esta teoría, todas las condiciones del resultado son equivalentes. Causa sería toda confición de un resultado concreto que, suprimida mentalmente, daría lugar a que el resultado no se produjese.
Teoría de la Causalidad Adecuada o de la Adecuación
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Artículo Principal: Causalidad Adecuada
Autor: J. Von Kries y L. Von Bar
Según esta concepción, no toda condición es causa, penalmente hablando, sino aquella que según la experiencia general habitualmente produce el resultado.
Teoría de la Relevancia o de la Causalidad Jurídicamente Relevante
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Artículo Principal: Causalidad Jurídicamente Relevante
Autor: Mezger
Según esta teoría, no todas las causas intervinientes en la producción de un suceso son jurídicamente equivalentes, sino solo las que son relevantes, es decir importantes jurídicamente.
Teoría de la Imputación Objetiva
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Artículo Principal: Imputación Objetiva
Autor: Jakobs y Roxin
Toma la causalidad natural como el punto de partida para imputar el resultado a una acción u omisión, pero la considera insuficiente para hacerlo, por ello tiene en cuenta pautas de orden normativo para efectos de la imputación.